Un disparo de cámara. Un instante. Una reconstrucción histórica. En 1869, el fotógrafo italiano Ángel Paganelli inmortalizó en una imagen a su hijo junto a un carro que llevaba su laboratorio ambulante, frente a una antigua casona tucumana. Aquel disparo, hecho sin mayores pretensiones, se transformó un siglo después en la única referencia visual que permitió reconstruir la fachada original de la Casa Histórica de la Independencia.
La casa, la foto, la memoria
La Casa de Tucumán no siempre tuvo la apariencia que hoy conocemos. Aquella casa colonial que albergó la firma del acta de la independencia el 9 de julio de 1816 perteneció a la familia Bazán Laguna y, con el paso del tiempo, sufrió un grave deterioro. En 1904, el edificio fue casi totalmente demolido, dejando en pie solo el Salón de la Jura, protegido por un templete decorado con esculturas de Lola Mora.
Décadas más tarde, el arquitecto Mario José Buschiazzo, responsable también de las restauraciones del Cabildo de Salta y Buenos Aires, emprendió la tarea de reconstruir la Casa. Para ello, contó con una copia ampliada de la foto de Paganelli y planos antiguos. Fue la imagen tomada por el fotógrafo la que le permitió recuperar la fachada original, utilizando cálculos de perspectiva, altura y puntos de fuga. “Sobre una ampliación de gran tamaño de la foto tomada por Paganelli (…) se pudo llegar a reconstruir exactamente el plano frontal de la fachada”, relató el propio Buschiazzo.


Paganelli, el fotógrafo que miró más allá
Ángel Paganelli, junto a su hermano José, emigró desde Italia en 1860. Primero se instalaron en Córdoba y luego en Tucumán, donde montaron una casa de fotografía. Mientras los retratos en estudio eran el negocio del momento, a Ángel lo apasionaban las imágenes urbanas y arquitectónicas. Con un carro-laboratorio que él mismo diseñó, podía revelar las placas de vidrio al instante. Así, fotografió calles, plazas e ingenios azucareros.
El día que decidió retratar a su hijo frente a la vieja casona del Congreso de 1816 no sabía que ese simple gesto terminaría siendo un documento clave para la historia nacional.



Una casa que es símbolo
La reconstrucción de la Casa Histórica se terminó en 1942, un año después de haber sido declarada Monumento Histórico Nacional y reinaugurada oficialmente el 24 de septiembre de 1943. Desde entonces, el museo recibe a miles de visitantes cada año que ingresan por esa fachada que renació gracias a una foto y al compromiso con la memoria.
Como cuenta el historiador Juan Pablo Bulacio en el video de la Secretaría de Cultura de la Nación, “La historia de una casa” es también la historia de quienes supieron verla con otros ojos: un fotógrafo que capturó lo efímero, un arquitecto que devolvió lo perdido y un país que sigue buscando sus raíces en los ladrillos de su pasado.
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