El calor de un pueblo: Zenobia ya tiene su cocina nueva
Hace apenas unos días, una iniciativa solidaria volvió a demostrar la fuerza de la empatía en nuestra ciudad. Zenobia Isabel Alarcón, la entrañable vecina. que en un par de meses cumplirá 69 años, ya puede atravesar lo que resta del invierno con mayor comodidad: en su casa de calle Alsina al 1800 se instaló una cocina Bosca de combustión lenta, nueva y adaptada a su pedido.
La campaña fue impulsada por el grupo Amigos Solidarios de Esquel, que desde hace más de 20 años trabajan en la ciudad con un objetivo claro: ayudar sin excusas, con acciones concretas y colectivas: “no echamos culpas, simplemente vemos el problema y accionamos de manera desinteresada y colectiva para solucionarlo”, explica Franco Peláez, uno de los integrantes del grupo, en sus redes sociales.
El momento de la emoción
Cuando la estufa estuvo finalmente instalada y encendida, la emoción de Zenobia fue imposible de contener. Con una sonrisa amplia y los ojos húmedos, un “puchito” marca Melbourne (los únicos que son de su gusto) en mano, frente a cámara expresó: “Estoy muy contenta con mi cocinita”, mientras observaba con orgullo el nuevo artefacto.
Luego, apuntando la mirada hacia los vecinos que la rodeaban y, con voz entrecortada por la gratitud, expresó: “muy agradecida con los presentes y con los ausentes”, reconociendo tanto a quienes estaban allí en su casa como a todos los que habían colaborado para hacer realidad el sueño.
El momento más conmovedor llegó cuando se acercó a abrazar uno por uno a los presentes, diciendo: “les doy un abrazo a todos los que están presentes”. Fue allí cuando uno de los vecinos, también conmovido, le respondió con sencillez y cariño: “te lo merecés, Zenobia”.



Transparencia y solidaridad
La campaña recaudó $904.848, monto que permitió adquirir la cocina, varios metros de leña de ñire, ropa que forma parte de la identidad y el gusto de Zenobia (polleras y remeras negras) y otros elementos. Además, $565.737,94 quedaron como crédito en Casa Martín, para que ella pueda elegir lo que necesite en el futuro.
“Nos quedamos con ese abrazo cuando encendimos la primera llama. Es la mejor recompensa”, escribió Peláez al compartir la noticia en redes sociales. Y agregó: “En 22 años de trabajo solidario, seguimos en el mismo lugar, el de la acción desinteresada y colectiva”.



La vecina que es parte de la identidad de Esquel
Zenobia no pasa desapercibida en Esquel. Con su andar sereno y sus costumbres, se ha convertido en parte del paisaje humano de la ciudad. La solidaridad que se despertó en torno a su necesidad no solo le dio una cocina: le devolvió un abrazo colectivo que simboliza la fuerza de un pueblo que se une cuando alguien necesita calor.
📹 Invitamos a ver el video incluido en esta nota, un testimonio emotivo de gratitud que quedará en la memoria de todos.
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