Escalona reiteró su crítica al horario de convocatoria: “No podemos hacer audiencias en plena jornada laboral. La gente trabaja, tiene familia, lleva a sus hijos a la escuela. Hay que fijarlas después de las 18 o 19 horas para que realmente puedan asistir”.
El edil contabilizó apenas dos vecinos presentes en la última audiencia y advirtió que, al ser instancias no vinculantes, las expectativas de la ciudadanía son cada vez menores: “La ordenanza se hizo para los vecinos, pero no está cumpliendo ese objetivo”.
El rol del veedor municipal
Escalona cuestionó la falta de información previa por parte del representante municipal: “El veedor no debería esperar invitaciones, sino solicitar la información para llegar con datos concretos a la audiencia. Esa es la única herramienta fuerte de control que tiene el Estado frente a la cooperativa”.
También remarcó que en los costos administrativos persisten áreas poco claras: “Representan cerca del 75% del total. Necesitamos más detalle sobre ese componente”.
Una figura que necesita ajustes
Para Escalona, la audiencia pública se ha transformado en un espacio meramente informativo: “No podemos incidir en la formulación de la tarifa, solo consultar. Eso frustra a los vecinos que esperaban otra cosa”.
El concejal consideró que es necesario revisar la ordenanza junto a la multisectorial de vecinos que la impulsó originalmente: “Si no le encontramos la vuelta, corremos el riesgo de que termine siendo un trámite vacío, con la cooperativa de un lado y el Concejo del otro, sin vecinos presentes”.
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