ATE Esquel lleva adelante un estado de asamblea permanente en el IPV, luego de una medida de fuerza de 48 horas. El reclamo central es la apertura de una mesa de diálogo salarial ya que, según el gremio, los aumentos firmados a nivel provincial están muy por debajo de la canasta básica.
“Pedimos un adicional que en un primer momento el presidente había aceptado conversar, pero luego nos dijeron que solo podían ofrecer unos $80.000, una cifra insignificante frente a la inflación”, explicó González.
Pedido de listado: repudio gremial
El gremio denunció que el presidente del IPV envió una nota solicitando los nombres de los trabajadores que asistieron a la asamblea: “Nos parece totalmente repudiable. La asamblea es un derecho constitucional y no corresponde que se presione a los compañeros con este tipo de pedidos”, afirmó González.
El dirigente también cuestionó que incluso se exigiera autorización para tomarse una foto con la delegada del organismo: “Nos sorprende que en democracia tengamos que pedir permiso para dejar constancia de una reunión sindical”.
Preocupación en los empleados
El delegado gremial Javier Ochoa contó que la nota generó preocupación entre los trabajadores:“Algunos com pañeros se asustaron, pensaron que podía haber descuentos. Pero aclaramos que la asamblea no es un paro, se cumple con las tareas y luego se participa del espacio de debate”.
Ochoa remarcó que, además del reclamo salarial, hay demandas por reubicaciones postergadas y una indiferencia sostenida de la conducción del IPV hacia los trabajadores.
Desde ATE Esquel adelantaron que se mantendrán en asamblea permanente y que podrían profundizar las medidas de acción directa en caso de no obtener respuestas. “Siempre estuvimos dispuestos al diálogo, pero si no hay voluntad de escuchar, vamos a continuar con la lucha”, cerró González.
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