Marta Barrera, integrante de la Junta Vecinal, explicó que el barrio tiene 48 años de antigüedad y que muchas de sus instalaciones están en estado crítico.

“El sistema cloacal y de agua está vencido en gran parte. Necesitamos un cambio profundo. También hay un importante deterioro edilicio y creemos que es momento de avanzar”, señaló. El viernes pasado, los vecinos mantuvieron una reunión con el intendente Matías Taccetta y parte de su gabinete, donde recibieron pautas para organizar el proyecto y avanzar en la elaboración técnica.

Una de las principales preocupaciones planteadas fue la irregularidad en los datos catastrales de los departamentos. “Hay casos en los que las escrituras indican 40 m² cuando el departamento mide 100 m². Esto genera problemas con los impuestos, con los cobros por obras y sobre todo en sucesiones o compraventas”, advirtió Barrera.

Frente a este panorama, el intendente se comprometió a gestionar una solución junto al Instituto Provincial de la Vivienda (IPV). Como primer paso, se acordó realizar un censo actualizado, acompañado por personal del organismo y vecinos del barrio, para corregir la información y evitar futuros conflictos.

Barrera destacó la importancia de que el tema tome estado público, ya que muchas familias están estancadas por trámites que no pueden avanzar debido al desorden administrativo. Además, subrayó que la regularización es un paso clave para acceder a posibles líneas de financiamiento para obras futuras. “Agradecemos la voluntad política del intendente y esperamos que esta vez podamos avanzar en serio con el proyecto”, concluyó.

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